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lunes, 1 de agosto de 2011

La vie en rose (Mis creencias)



Con el tiempo aprendí que hay cierta gente la cual es, simplemente, diferente a los demás. No se lleva con la sociedad, los humanos son sus peores enemigos, y no logra entablar la más mínima relación con ellos. ¿Alguna vez te sentiste diferente, radicalmente distinto? Es como si lo que es simple para los demás, a vos te costara treinta veces más. Por el contrario, lo que a ellos les cuesta horrores para vos es sencillo y concreto. Es como si vieras a los demás hacer cosas "normales".
Hace un tiempo atrás, no mucho, mantuve una profunda charla con un amigo, de esas en las cuales se tocan temas serios y existenciales. El me ayudó a resolver mi dilema y por decirlo así, colocó un ladrillo para los cimientos que pude construir. He llegado a lo conclusión de que hay personas que nacen con talentos, y otras que no. Aquellos carecen de don alguno, llevan una vida normal y sin complicaciones. Por el contrario, los que hemos sido concebidos con alguna habilidad innata, debemos pagar nuestro precio por ella. Sería muy injusto si además de poseer una facilidad natal, pudieramos llevar una vida feliz y normal.
¿Alguna vez escucharon la frase "Todo tiene un precio en la vida"? Es un cien por ciento aplicable a lo que quiero decir. Me explico: Creo firme y impositivamente que todo aquello que nos sucede en esta vida es por algo, más allá del proverbio popular. Por cada acción hay una reacción igual y en sentido contrario. Por cada suceso negativo que acontezca en tu cotedianeidad, habrá una reacción, un resultado, algo que puedas ver del otro lado. Era necesario que John Lennon perdiera a su madre cuando aún la empezaba a conocer; hubiera sido muy injusto que además de tenerla a su lado fuera un fenómeno histórico, un hito, un principio y final en el rock melódico. Era injusto que Bethoveen conservara su oído sabiendo que por siempre se ubicaría en el primer puesto del podio musical. Podría darles infinidad de ejemplos que se asemejan a este, la mayoría de figuras públicas, pues al estar la mayor parte del tiempo expuestas resulta más sencillo identificar este fenómeno. Toda persona que fue parte algo grande, algo poderoso, tuvo que pagar un precio por ello.
Es algo en lo que creí desde siempre. Podrán decir que tal vez es un vano consuelo que utilizan los desafortunados a los cuales les toca afrontar dificultosas situaciones en su vida, pero es ciertamente aplicable a todo lo que pasa. La vida es justa y todo tiene un por qué para mí. Mi justificación es, justamente esa. La ley de Newton fue ciertamente aplicable para mí en estas cuestiones.
Quizás debería dejar de buscar explicaciones y tratar de justificar todo lo que me sucede con mis "alocadas" teorías. Voy a ser sincera con ustedes, no siempre sigo al pie de la letra los principios que yo misma me he impuesto. Aunque crea que "Las mentes positivas hacen cosas positivas" es un requisito con el cual no he podido cumplir aún. Siento como si mi estado real fuera estar triste. Por naturaleza siempre fui callada, depresiva y un tanto autista. Me encierro en mi mente, pienso detallademente cada cosa que veo, y no suelo sonreír mucho. Si es que alguna vez me han visto gritar o reír, deben de saber que esa no es la verdadera "yo". Es sólo un disfraz, algo con lo que me gusta ocultar mi faceta real para poder curarme, sentir, vivir un poco más, darle algo de alegría a mi duro y reseco "corazón" (¿¡Quién dejo que yo no podía ser cursi también!?). Mi gama emocional es escasa y me condena a derramar lágrimas por doquier. Siembro tristeza y debilidad; no sé defenderme, supongo que me valgo de estas palabras y letras a modo de escudo.

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