Entrada destacada

Polvo en el viento

Bien, hacía mucho que no redactaba textos de este tipo, tan explicativos, contemplativos, con semejante reconstrucción de los datos. Debo de...

viernes, 2 de septiembre de 2011

Requiem


Cuando el augurio de escapar se hace cada vez más poderoso. Cuando el deseo de huir es cada vez más ferviente en tu interior, quemando de a poco las entrañas de la escasa tolerancia que venías forjando. No dejes que la llama se extinga. Seguir alimentando ilusiones que no te conducirán jamás a nada. Manejarse con eso que llaman "optimismo", para mí, es cosa de tarados.
Ellos se limitan a juzgarme, pero no se dan cuenta de lo difícil que se me hace todo a veces.
Destruirme progresivamente, observar como caigo a pedazos con impotencia y sin poder siquiera juntar mis restos. Sufrir por errores ajenos de gente por cual siento cariño y no quiero perjudicar. Pero, ¿Qué es en definitiva el cariño? No existe el corazón, no existen sentimientos, son solamente ideales y conceptos que se va creando tu cerebro a medida que conocés a otra persona. El alma es irreal; el alma, es un concepto resumido de lo que simboliza la mente humana.

Y lloro, lloro despacio, lento. Lloro mientras presencio mi absurdo pero irónico deceso. Lágrimas resbalan de mi cansino rostro como cura natural a mis dolores intensos. Cuando ya no aguanto más y francamente no me importa nada es cuando me doy cuenta que el cupo de problemas que te puede causar tu alrededor es ilimitado. El no tener actitud para enfrentarlos, en verdad es la cuestión. Carcomerse el cerebro sola, para no herir a nadie.

Me encuentro hoy, literalmente, hundida en un pozo. Rodeada. Por más que salto, pido ayuda y trato de escalar nadie viene por mí. Resbalo en ese oscuro y gris hoyo. Gritos desesperados se oyen desde las entrañas de la cueva de mis pesares: no obstante, nadie viene con su luz a para acabar finalmente con esta infinita oscuridad. Todos prometen, dicen sí, pero nadie parece entender, nadie parece querer, nadie parece saber que es lo que en verdad me sucede. Me aferro entonces a mí misma como protectora, consuelo, salvadora; es el último recurso de todo ser humano sociable utilizar su propio ser como herramienta de escape.

No hay comentarios:

Publicar un comentario