Entrada destacada

Polvo en el viento

Bien, hacía mucho que no redactaba textos de este tipo, tan explicativos, contemplativos, con semejante reconstrucción de los datos. Debo de...

viernes, 16 de septiembre de 2011

Esclavos


Los días de lluvia, de cierta manera traen aparejados un poco de inspiración. Es el sonido del caer de aquellas mojadas y gruesas gotas, emanan en mí sensación de poder. Sensación de crear. Sensación de sentarme a escribir una vez más.
Y tal es así que en el día de hoy me dispongo a descargarme. Quiero realizar una denuncia. Es que cada vez me molestan más las personas. Me molesta la ignorancia en la cual se encuentran inmersas las grandes masas humanas. Me molesta que nadie respete, lo desviados que están todos.
La granja está completa.Ciegos que quieren guiar rebaños, ovejas que sumidas en su orgullo y excentas de actitud, desafían a sus autoridades creyéndose pastores. Vacas sacrificadas día a día, sumisas, dejan ser llevadas al matadero como si nada importara por aquellas alturas. Terneros desnutridos, ganzos que no pueden levantar vuelo, cerdos revolcados y dándose un precioso baño de su miserable y destellante porquería. Encontramos, por otro lado, a los poseedores y señores de las tierras. Ellos nos tienen así, como quieren, como a los de nuestra categoría. Como asquerosas mierdas. Nos manejan de la forma en que se les antoja. Ellos son los titereteros del teatro barato que montaron a escala mundial, de la farsa del consumismo y la educación que nos implantan y venden. Ellos son los culpables de que hoy en día los adolescentes materialistas no tengan ideales, ni motivación y se dejen llevar por cualquier pelotudes que ven. La tecnología facilitó, entre otras cosas, que se conciba al famoso televisor, un arma, una herramienta que usan para tenerte acorraladito y callado.
¿Alguna vez sentiste cómo los demás hablan a tus espaldas cuando caminás delante de ellos? Patético. ¿Y qué me importa que me digan que estoy loca? Ellos tendrán sus razones, yo tengo las mías para pensar así. La verdad es que ya no me importa. Que yo use la cabeza un poco más que ellos es razón suficiente para que me llamen loca.
Hacía mucho que no dejaba que mis dedos teclearan a su libre alberdío, y salió esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario